¿Y ésta, entrega los premios Clarín Novela?

A Rosa Montero no le gusta Dexter. A mí no me gusta Rosa Montero. Y supongo que a Dexter, de existir, tampoco le caería bien. Pero esa es la cuestión, que Dexter es un personaje de ficción, aunque la periodista no se haya dado cuenta. Y es que artículos de opinión como éste me hacen reafirmarme en que esta todóloga debería informarse algo más sobre aquello de lo que opina. 

Y es que Montero apenas vio unos minutos de una mis series preferidas porque se escandalizó del sadismo de la serie, y aprovecha, cómo no, su desconocimiento para soltar la habitual diatriba sobre la carnaza que se ve en televisión. Con esas afirmaciones Montero sólo demuestra que no sabe de qué habla, que no entiende la diferencia entre ficción y realidad, y que tiene un serio problema a la hora de distinguir las acciones de un personaje de las pretensiones de su creador. La mayoría de la gente no necesita que un personaje de una serie de televisión le diga lo que está bien y lo que está mal.

Dexter no es una serie sobre un asesino. Es una creación sobre las relaciones familiares y sobre la complejidad del ser humano. Con una vuelta de tuerca a aquella fantástica novela llamada American Psycho, se nos muestra a alguien que vive tras una máscara, como todos; que intenta vivir la vida según unos determinados principios y una curiosa idea de justicia, como casi todos. Muchos de los que le rodean son, en el fondo, monstruos como Dexter, pero respetan códigos elementales para no meterse en problemas: oportunismo, redención, amor, y muchos otros temas son tratados aquí con un gran sentido del humor. Pero para Montero lo importante es lo políticamente correcto. Le daría un consejo a la todóloga: si no quiere ver violencia en televisión, póngase con cualquier culebrón de turno o con los lunnis. No aprenderá mucho de la vida, pero su gran sensibilidad no se sentirá ofendida. Dexter, perdónala porque no sabe lo que dice.

Por Miguel A. M

En este link Hernán Casciari habla del tema: La abuelita de Rosa Montero.

Este otro es la columna de de la queja de la Montero: Sadismo.

Si tan solo le valen cinco minutos, para realizar una crítica a una obra como dice Casciari, me imagino cuando tiene que leer todas esas obras, para decidir quien se lleva el tal "prestigioso" premio Clarín Novela.
Diría que si logramos cinco minutos de párrafo que le gusten a la Montero, seguro que le ganamos el premio a cualquier literato más conocido que nosotros.