Lágrimas, conmoción, mezcla de sentimientos. Así reviven los ex combatientes sampedrinos Domingo Novaro y Javier Saucedo su regreso a las Islas Malvinas, quienes después de 28 años decidieron volver al lugar donde quedó parte de sus vidas y perdieron compañeros. Junto a otros siete veteranos que convivieron con ellos la –quizás- peor experiencia de su historia personal, los dos sampedrinos le hicieron frente a los recuerdos y regresaron.
“La idea surgió el año pasado. Tuvo la iniciativa mi compañero Miguel Piaggio que hizo el servicio militar conmigo y vivimos toda la guerra juntos. El tomó la iniciativa, me dijo si queríamos ir, regresar a las islas y yo le dije que sí, que estaba interesado”, contó a EL IMPARCIAL “Mingo” Novaro desde el hotel donde se aloja, el Malvina House.
“Hablé con Javier (Saucedo), él habló con un compañero de su sección. Invitamos a todos los que quisieran venir pero algunos no quisieron regresar, por un lado por cuestiones económicas ya que todo es muy costoso, y otros por motivos emocionales. Esto es muy fuerte”, expresó.
El viaje comenzó hace una semana, el viernes 12, cuando salieron de Buenos Aires hacia Río Gallegos. Allí fueron recibidos por un suboficial con quien habían compartido el puesto de defensa de Puerto Argentino, quien los atendió en su propia casa.
La primera pisada en suelo malvinense fue el sábado. “Como siempre, Malvinas nos recibió lloviendo”, recordó Novaro, luego de un vuelo demorado por las condiciones climáticas adversas. Lo primero que les llamó la atención fue la disposición de seguridad en la base militar, donde no se puede filmar ni obtener fotografías.
“La idea surgió el año pasado. Tuvo la iniciativa mi compañero Miguel Piaggio que hizo el servicio militar conmigo y vivimos toda la guerra juntos. El tomó la iniciativa, me dijo si queríamos ir, regresar a las islas y yo le dije que sí, que estaba interesado”, contó a EL IMPARCIAL “Mingo” Novaro desde el hotel donde se aloja, el Malvina House.
“Hablé con Javier (Saucedo), él habló con un compañero de su sección. Invitamos a todos los que quisieran venir pero algunos no quisieron regresar, por un lado por cuestiones económicas ya que todo es muy costoso, y otros por motivos emocionales. Esto es muy fuerte”, expresó.
El viaje comenzó hace una semana, el viernes 12, cuando salieron de Buenos Aires hacia Río Gallegos. Allí fueron recibidos por un suboficial con quien habían compartido el puesto de defensa de Puerto Argentino, quien los atendió en su propia casa.
La primera pisada en suelo malvinense fue el sábado. “Como siempre, Malvinas nos recibió lloviendo”, recordó Novaro, luego de un vuelo demorado por las condiciones climáticas adversas. Lo primero que les llamó la atención fue la disposición de seguridad en la base militar, donde no se puede filmar ni obtener fotografías.
Las experiencias más conmovedoras, sin dudas, las vivieron durante el recorrido por los lugares de batalla, donde no sólo pudieron volver a observar ese espacio que durante tantos días padecieron, sino también encontrar sus propias posiciones de guerra, objetos utilizados, restos de vestimentas.
“El domingo teníamos libre y nos encontramos con un grupo de cordobeses y una chilena casada con un nativo de las islas que nos acompañó a recorrer”, relató Novaro. “Encontramos las posiciones donde estuvo Saucedo, nos abrazamos todos, derramamos lágrimas, es inevitable”, exteriorizó.
“Encontré una trinchera que había sido de Eduardo Alfonso. Hay una bahía y está bastante tapada por la arena, pero se veía sobre el borde restos de lo que había sido la trinchera. Había cremas de afeitar, de todo… más abajo había más cosas que no quisimos tocar”, contó.
El lunes decidieron partir con un guía a recorrer otros sectores. Contrataron al mismo especialista que acompañó a Gastón Pauls durante la filmación de la película “Iluminados por el fuego” que relata la vivencia de combatientes durante la guerra de 1982.
“Nosotros quisimos ir primero a San Carlos donde está el Memorial de los soldados ingleses, después a Darwin donde está el de los argentinos. Llevamos una placa, está todo muy bien cuidado. La mayoría de las lápidas dicen “Soldado sólo conocido por Dios”. Y lo cuida un argentino que es casado con una nativa de acá”, comentó. “Pusimos una placa simbólicamente de Mateo Sbert (sampedrino que murió en las islas) que nos dio la hermana y se la dimos al joven que cuida el cementerio porque próximamente van a hacer una construcción para colocar todas las placas que lleva la gente”, continuó Novaro.
“Yo nunca supe, en 28 años, dónde estuve. Fueron dos posiciones. Así que primero fuimos al Monte Dos Hermanas donde estuvimos buscando trincheras en los lugares donde no está tan accesible ya que hay que subir montañas”, indicó. “Encontramos de todo, resto de frazadas, mocasines, ropa de civil, todo intacto, deteriorado por el tiempo porque muchas posiciones están entre las piedras, tipo cuevas”, agregó.
El siguiente paso fue por el Monte Harriet. “Nos sentamos a comer, pero yo de la ansiedad seguí caminando hasta que encontré nuestra posición. Estaban todas mis pertenencias, un cuchillo, un trípode de la ametralladora que usamos, un mortero, todo deteriorado”, dijo. “Yo cuando llegué a mi trinchera me contuve. Mi compañero Miguel grababa todo pero se largó a llorar. Yo seguía conteniéndome un rato pero después me senté en una piedra y me puse a llorar. Revivís todo, se te vienen todas las vivencias que pasaste…”, recordó.
“El domingo teníamos libre y nos encontramos con un grupo de cordobeses y una chilena casada con un nativo de las islas que nos acompañó a recorrer”, relató Novaro. “Encontramos las posiciones donde estuvo Saucedo, nos abrazamos todos, derramamos lágrimas, es inevitable”, exteriorizó.
“Encontré una trinchera que había sido de Eduardo Alfonso. Hay una bahía y está bastante tapada por la arena, pero se veía sobre el borde restos de lo que había sido la trinchera. Había cremas de afeitar, de todo… más abajo había más cosas que no quisimos tocar”, contó.
El lunes decidieron partir con un guía a recorrer otros sectores. Contrataron al mismo especialista que acompañó a Gastón Pauls durante la filmación de la película “Iluminados por el fuego” que relata la vivencia de combatientes durante la guerra de 1982.
“Nosotros quisimos ir primero a San Carlos donde está el Memorial de los soldados ingleses, después a Darwin donde está el de los argentinos. Llevamos una placa, está todo muy bien cuidado. La mayoría de las lápidas dicen “Soldado sólo conocido por Dios”. Y lo cuida un argentino que es casado con una nativa de acá”, comentó. “Pusimos una placa simbólicamente de Mateo Sbert (sampedrino que murió en las islas) que nos dio la hermana y se la dimos al joven que cuida el cementerio porque próximamente van a hacer una construcción para colocar todas las placas que lleva la gente”, continuó Novaro.
“Yo nunca supe, en 28 años, dónde estuve. Fueron dos posiciones. Así que primero fuimos al Monte Dos Hermanas donde estuvimos buscando trincheras en los lugares donde no está tan accesible ya que hay que subir montañas”, indicó. “Encontramos de todo, resto de frazadas, mocasines, ropa de civil, todo intacto, deteriorado por el tiempo porque muchas posiciones están entre las piedras, tipo cuevas”, agregó.
El siguiente paso fue por el Monte Harriet. “Nos sentamos a comer, pero yo de la ansiedad seguí caminando hasta que encontré nuestra posición. Estaban todas mis pertenencias, un cuchillo, un trípode de la ametralladora que usamos, un mortero, todo deteriorado”, dijo. “Yo cuando llegué a mi trinchera me contuve. Mi compañero Miguel grababa todo pero se largó a llorar. Yo seguía conteniéndome un rato pero después me senté en una piedra y me puse a llorar. Revivís todo, se te vienen todas las vivencias que pasaste…”, recordó.
El recuerdo de Mateo Sbert
Al día siguiente decidieron ir al sitio donde murió Mateo Sbert el 31 de mayo de 1982, en la batalla de Top Malo House. “Es un lugar de difícil acceso. Hay que pasar tres ríos, meterse en un campo privado, sólo ingresa este guía. Es un valle rodeado por montañas y un río que pasa por la casa donde murió, que está totalmente destruida”, contó Domingo. “Ahí estaba Mateo Sbert, que se queda defendiendo la retirada de sus compañeros. Dejamos una carta que nos dio la hermana de Mateo porque en el Cementerio se iba a volar”, relató.
Luego de esa conmocionante experiencia, visitaron helicópteros que habían sido derribados por los ingleses. “Ayer volvimos al aeropuerto, fuimos al lugar donde estuvimos prisioneros que es Fitz Roy. Ahí hay un Memorial de los ingleses. Es un lugar muy tranquilo”, dijo.
Para hoy, tenían prevista una visita a otro monte donde se desarrollaron duros combates y mañana emprenden el viaje de regreso a Río Gallegos.
Novaro se quedó con una impresión dispar de los pobladores que habitan Malvinas. “Tenés todo tipo de gente, el que te trata bien y el que no. Hay muchos chilenos y peruanos que son muy amables, algunos argentinos casados con nativos. Nos han invitado a cenar nativos de acá”, comentó. Es que su idea inicial era alojarse en viviendas de mujeres mayores que reciben a ex combatientes; pero no lo consiguieron porque no había lugar. Así que terminaron en el hotel que es gerenciado por un argentino.
Describir en pocas palabras lo que fue el viaje para ellos no es fácil, ya que fue un constante revivir de batallas, crudos momentos, sensaciones… Y en su vuelta a San Pedro, los ex combatientes mostrarán fotos y filmaciones de una experiencia que, aunque conmocionante, fue necesaria.
Luego de esa conmocionante experiencia, visitaron helicópteros que habían sido derribados por los ingleses. “Ayer volvimos al aeropuerto, fuimos al lugar donde estuvimos prisioneros que es Fitz Roy. Ahí hay un Memorial de los ingleses. Es un lugar muy tranquilo”, dijo.
Para hoy, tenían prevista una visita a otro monte donde se desarrollaron duros combates y mañana emprenden el viaje de regreso a Río Gallegos.
Novaro se quedó con una impresión dispar de los pobladores que habitan Malvinas. “Tenés todo tipo de gente, el que te trata bien y el que no. Hay muchos chilenos y peruanos que son muy amables, algunos argentinos casados con nativos. Nos han invitado a cenar nativos de acá”, comentó. Es que su idea inicial era alojarse en viviendas de mujeres mayores que reciben a ex combatientes; pero no lo consiguieron porque no había lugar. Así que terminaron en el hotel que es gerenciado por un argentino.
Describir en pocas palabras lo que fue el viaje para ellos no es fácil, ya que fue un constante revivir de batallas, crudos momentos, sensaciones… Y en su vuelta a San Pedro, los ex combatientes mostrarán fotos y filmaciones de una experiencia que, aunque conmocionante, fue necesaria.
Fuente: Noticias San Pedro
1 comentarios:
ja, esto puede sentar un presedente importante. La web de la capital sigue funcionando, pero se quedaron con al edición impresa del miércoles...
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