"...Se la están cojiendo..."

miércoles, 24 de marzo de 2010 ·

 Encontrado en "feibuk"


... Cacho y José fueron colocados juntos en una celda; en la contigua estaban Claudia y Elisa. Contra la tradición carcelaria, estas celdas eran más bien amplias y desnudas: sólo paredes y techo, sin camas ni retretes, con un pequeño orificio circular en la pared posterior a manera de tragaluz.
Al ser introducidos, no se les quitó la venda ni las esposas; de modo que quedaron de pie, en medio de la oscuridad más total, intuyéndose el uno y el otro por el sonido de las repiraciones agitadas, temerosos hasta de hablar o moverse, aunque habían escuchado el pesado sonido de la puerta al cerrarse, y el metálico chasquido del cerrojo al correrse.
-¿Qué hacemos, Chacho? - musitó José.
-Yo no sé, no sé más nada...
-Si decimos que somos Montos nos matan... -insistía José.
-Ya lo saben, algún hijo de puta nos vendió...
-Tenemos que decir que ellas no saben nada
-No nos van a creer -respondió con desaliento Chacho - Aquí no se salva ni Dios.
-Pero Claudia tiene que salvarse, ella espera el nene...
-¡Y vos te creés que les importa, boludo!... -respondió brutalmente Chacho - ¡Mi Dios!... Si por lo menos nos pegaran un tiro...
-A mí cuando me interroguen no les voy a poder decir nada -reflexionaba José -Yo no sé nada, en serio...
-Yo si que sé. Pero aunque se los diga me van a matar lo mismo. Conozco dos o tres casas que visité el año pasado con el negro Miranda...
-Pero ellos también las deben conocer, si sabían la nuestra.
-¿Y que querés que haga?... Algo hay que decir, ¿no?...
-Chacho... ¿Vos vas a decir dónde vive tu viejo?...
-¡Me lo van a hacer decir, boludo!...
-¡Qué suerte que yo no tenga viejos!...
-Pero en algo tenés razón -dijo Cacho - Hay que decir que ellas no tienen nada que ver... En una de esas se salvan.

-¡Por Favor no!... ¡Por favor no!... ¡Estoy embarazada! -llegó hasta ellos la voz de Claudia, seguida de varios chillidos de Elisa, y de golpes, risas, forcejeos que provenían de la celda contigua.

-Se las están cojiendo... -dijo, con un hilo de voz, José...


Extracto del libro "El Desangradero" de Federico Moreyra. Capítulo 4

2 comentarios:

Unknown dijo...
marzo 24, 2010  

muy duro compañero, muy duros son los recuerdo y la memoria, por eso hay qye resistirse a olvidarla.

Ricardo dijo...
marzo 24, 2010  

Mierda, que duele...

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