La semana pasada Patricia Bullrich decía por twitter, que Brasil avanzó a pasos agigantados en estos últimos 40 años. No es una opinión en el aire. Cuando se refieren o miran para afuera y tratan de destacar algo de otros países, no hacen otra cosa que criticar a la Argentina indirecta o cobardemente diríamos. Y en el caso de un avance tan notorio, como para que La Pato lo note, yo me pregunto por qué ese avance no ocurrió en nuestro país. Y me viene a la memoria más próxima el recorte del 13%, el achique del gasto publico, que La Pato defendía y defiende, del gobierno de De La Rua. Yo digo ¿llevar a cabo dicha desición política, es un avance o un retroceso? porque sino, para seguir debatiendo, evidentemente vamos a tener que poner un diccionario común arriba de la mesa.
Me gustaría ahora, saber que opinión tiene, de que Brasil estimule una nueva ley de medios para sí, que tendrá aspectos de la nueva ley de medios de nuestro país.
¿Eh, Pato, avanza o retrocede Brasil con esto?
¿O hacemos como siempre, mirar lo que nos conviene, o simplente inventar lo que miramos?
Fuente: Tiempo Argentino.
Brasil planea una ley de medios para estimular la participación ciudadana Publicado el 10 de Noviembre de 2010
Recogerá aspectos de la nueva legislación sobre radiodifusión de la Argentina, y de la normativa contra el racismo y la discriminación aprobada en Bolivia. La idea es impedir que rija solamente la ley del mercado.
El gobierno de Brasil empezó a elaborar un proyecto de ley de medios que estimulará la participación de los ciudadanos en la comunicación e impedirá que rija solamente la ley del mercado. La norma –que el ministro de Comunicación Social, Franklin Martins, espera que sea aprobada en 2011, durante el primer año de gobierno de la presidenta electa, Dilma Rousseff– recoge aspectos de la nueva ley argentina sobre medios (en cuanto a la producción de contenidos y la adjudicación del espacio radioeléctrico) y por la normativa contra la discriminación y el racismo aprobada el mes pasado en Bolivia (severos castigos para quienes divulguen prácticas o manifestaciones en tal sentido).
“Durante 200 años, el público fue pasivo, fue considerado como un simple consumidor” de noticias, por eso la futura legislación estimulará la “participación de la ciudadanía con el objetivo de que deje de ser un sujeto pasivo”, afirmó Martins. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva –que el 1º de enero traspasará el gobierno a Rousseff– le había pedido al ministro que redactara un texto en el que quedara establecido un “marco regulador” del sistema de medios. El proyecto será entregado “como un aporte” a la presidenta electa, “que coincide con Lula en que si no hay regulación prima la ley del mercado, la ley del más rico, y eso no es justo”, señaló Martins.
La propuesta que Lula elevará a Dilma incluirá un artículo sobre los contenidos que, al igual que la norma boliviana que rechazan las empresas periodísticas y la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), impedirá la apología del racismo y la discriminación racial o sexual, a la vez que estimulará la cultura nacional y el respeto a la lengua portuguesa. Aprovechando la experiencia hecha en la Argentina y elogiada por Lula, antes de ser elevado al Congreso el futuro gobierno “convocará a un amplio debate del proyecto entre los diferentes sectores y se consultará, expresamente, a todos los actores sociales”, dijo el ministro. Como en la Argentina, se promoverá que un parte de los medios audiovisuales sea de propiedad social.
El Ministerio de Comunicación Social hizo un estudio de las leyes de la Argentina y Bolivia y, el mes pasado, Martins visitó varios países europeos para interiorizarse sobre la legislación vigente y el funcionamiento de las cadenas públicas de radio y televisión. Aunque sólo se conocen las líneas generales del proyecto, las empresarias Asociación Nacional de Diarios y Asociación Brasileña de Radio y Televisión acusaron al gobierno de “promover un modelo autoritario” que “establecerá un control” sobre la información. En su ideología racista y discriminatoria, las patronales periodísticas y la SIP “atacan a Bolivia, como atacarán a Brasil”, pero “ignoran la legislación imperante en otros países a los que siempre tomaron como un modelo”, dijo el ministro.
“Ciertos sectores ven fantasmas, no quieren la regulación de los medios porque piensan en pequeño, con mucha mezquindad”, sostuvo Martins. “El mundo está cambiando, Brasil está cambiando y en todos los países democráticos los medios están estrictamente regulados. En los Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Italia, España y otros países existen leyes de regulación de los medios y nadie dice que esos países no sean democráticos.
El gobierno de Brasil empezó a elaborar un proyecto de ley de medios que estimulará la participación de los ciudadanos en la comunicación e impedirá que rija solamente la ley del mercado. La norma –que el ministro de Comunicación Social, Franklin Martins, espera que sea aprobada en 2011, durante el primer año de gobierno de la presidenta electa, Dilma Rousseff– recoge aspectos de la nueva ley argentina sobre medios (en cuanto a la producción de contenidos y la adjudicación del espacio radioeléctrico) y por la normativa contra la discriminación y el racismo aprobada el mes pasado en Bolivia (severos castigos para quienes divulguen prácticas o manifestaciones en tal sentido).
“Durante 200 años, el público fue pasivo, fue considerado como un simple consumidor” de noticias, por eso la futura legislación estimulará la “participación de la ciudadanía con el objetivo de que deje de ser un sujeto pasivo”, afirmó Martins. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva –que el 1º de enero traspasará el gobierno a Rousseff– le había pedido al ministro que redactara un texto en el que quedara establecido un “marco regulador” del sistema de medios. El proyecto será entregado “como un aporte” a la presidenta electa, “que coincide con Lula en que si no hay regulación prima la ley del mercado, la ley del más rico, y eso no es justo”, señaló Martins.
La propuesta que Lula elevará a Dilma incluirá un artículo sobre los contenidos que, al igual que la norma boliviana que rechazan las empresas periodísticas y la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), impedirá la apología del racismo y la discriminación racial o sexual, a la vez que estimulará la cultura nacional y el respeto a la lengua portuguesa. Aprovechando la experiencia hecha en la Argentina y elogiada por Lula, antes de ser elevado al Congreso el futuro gobierno “convocará a un amplio debate del proyecto entre los diferentes sectores y se consultará, expresamente, a todos los actores sociales”, dijo el ministro. Como en la Argentina, se promoverá que un parte de los medios audiovisuales sea de propiedad social.
El Ministerio de Comunicación Social hizo un estudio de las leyes de la Argentina y Bolivia y, el mes pasado, Martins visitó varios países europeos para interiorizarse sobre la legislación vigente y el funcionamiento de las cadenas públicas de radio y televisión. Aunque sólo se conocen las líneas generales del proyecto, las empresarias Asociación Nacional de Diarios y Asociación Brasileña de Radio y Televisión acusaron al gobierno de “promover un modelo autoritario” que “establecerá un control” sobre la información. En su ideología racista y discriminatoria, las patronales periodísticas y la SIP “atacan a Bolivia, como atacarán a Brasil”, pero “ignoran la legislación imperante en otros países a los que siempre tomaron como un modelo”, dijo el ministro.
“Ciertos sectores ven fantasmas, no quieren la regulación de los medios porque piensan en pequeño, con mucha mezquindad”, sostuvo Martins. “El mundo está cambiando, Brasil está cambiando y en todos los países democráticos los medios están estrictamente regulados. En los Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Italia, España y otros países existen leyes de regulación de los medios y nadie dice que esos países no sean democráticos.
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